Hoy día todo lo que nos rodea se mueve a una velocidad pasmosa, desde el coche a 120 km/h o desde los aviones a más de 800 km/h sólo se atisba un esbozo del paisaje, sin fijarnos en los detalles, sin disfrutar del camino según se va recorriendo.
Hubo otra época en la que los viajeros, incluso los de los aviones, casi podían saludar al paisano al pasar, montados en sus locos cacharros de madera y tela.
En el presente artículo les contaremos los inicios de la aviación comercial en la primera línea regular, Madrid-Paris, y como la misma recorría los cielos de la Sierra Norte a una velocidad distinta, asombrando y sorprendiendo por igual a aquellos hombres, que no podían tener una mínima idea de cómo cambiarían estos pioneros el futuro de la humanidad, abriéndonos el cielo. La Exposición: La conquista del aire. 1909-1911. Los inicios de la aeronáutica en España. Organizada por: Fundación ENAIRE y Conde Duque entre el 13 de diciembre de 2017 y el 04 de Marzo del 2018, permite conocer cómo fueron estos locos y sus locos cacharros
LOS ORGANIZADORES:
ENAIRE (antigua AENA) es la empresa del Ministerio de Fomento que gestiona la navegación aérea en España, el 4º proveedor europeo y referencia a nivel mundial en términos de excelencia operativa, de compromiso con sus clientes y con la sociedad.
La Fundación ENAIRE desarrolla anualmente un completo programa de actividades destinado a la promoción y a la difusión de la cultura aeronáutica mediante la concesión de los Premios Fundación ENAIRE (únicos galardones de carácter aeronáutico otorgados en nuestro país) Jornadas Aeronáuticas, la organización de exposiciones y la edición de publicaciones. Además, tiene entre sus objetivos la gestión, conservación y divulgación de la Colección ENAIRE de Arte Contemporáneo, compuesta por casi 1.200 obras de distintas disciplinas (pintura, escultura, fotografía y arte multimedia, pertenecientes a importantes artistas españoles e iberoamericanos, desde la segunda mitad del siglo XX.
LA EXPOSICIÓN
LA CONQUISTA DEL AIRE. 1909-1911. LOS INICIOS DE LA AERONÁUTICA EN ESPAÑA, pretende acercar al público un hecho histórico revolucionario que cambió el mundo: volar. Los primeros años de la aviación en nuestro país siguen careciendo de un estudio actualizado y de una difusión que acerque estos hechos, no tan distantes en el tiempo, al conjunto de la sociedad actual.
En La conquista del aire no solo se presenta mediante imágenes (reproducciones de fotografías de la época y vídeos con material procedente de noticiarios cinematográficos, algunos de estos inéditos) este acontecimiento histórico, sino que a través de multitud de objetos de la más diversa tipología (libros, periódicos de época, maquetas aeronáuticas, dos aviones a tamaño real, vestimenta de época, elementos aeronáuticos, hélices, motores, etc.) se pretende trasladar al visitante a aquella sociedad de principios del siglo XX que contempló atónita el milagro de volar. Una sociedad que veía en aquellos aeroplanos y sus pilotos un símbolo de la modernidad.
Además, La conquista del aire rinde un merecido homenaje a aquellos protagonistas de la Edad de Oro de la aviación mundial que, como Julien Mamet, Edouard Stoeckel, Hélène Dutrieu, Alberto Santos Dumont o Benito Loygorri, buscaron la forma de que el ser humano se desplazara por el aire. Hombres y mujeres que a comienzos del siglo pasado contribuyeron a situar a España en la vanguardia de la modernidad tecnológica
EL COMIENZO DEL SIGLO XX
El cambio de siglo representa la culminación del paso de la tradición a la modernidad. Lo vemos en la transformación de la mujer a través de la evolución del vestuario femenino. Tradicionalmente envuelta en ropas que entorpecen su movimiento, una metáfora del papel social que ocupa, el nuevo siglo trae ropas cómodas que permiten la libertad de movimientos a una nueva mujer que busca un nuevo lugar en la sociedad, en igualdad con el varón.
Nunca antes el mundo había cambiado tanto en tan poco tiempo. Su mayor símbolo será la aparición del avión, que abre a la voluntad del ser humano una nueva dimensión, el cielo.
PRECURSORES ESPAÑOLES
Si en áreas como la navegación submarina son conocidos los casos de Narciso Monturiol o de Isaac Peral, el desarrollo de la aeronáutica española es ajeno al gran público. Solo Leonardo Torres Quevedo y sus dirigibles trilobulados aparecen en los libros de historia aeronáutica.
Menos conocidos aún son los esfuerzos de aquellos precursores españoles por construir aeroplanos, cuando a España sólo habían llegado algunas noticias y muy pocas imágenes del vuelo de los hermanos Orville y Wilbur Wright en Estados Unidos. Ricardo Causarás, Arturo Salvador, los hermanos Salamanca (nietos del constructor del barrio madrileño del mismo nombre), el capitán de la Guardia Civil Daniel Montero o Antonio Fernández Santillana, entre otros muchos, son algunos de aquellos españoles que buscaron conquistar el aire.
El mito de volar, de surcar un cielo hasta entonces reservado a la divinidad, está al alcance de la mano, logro que materializa Juan Olivert el 5 de septiembre de 1909 en Paterna, cerca de Valencia, pilotando el avión diseñado por Gaspar Brunet que consiguió hacer volar durante 60 segundos.
En marzo de 1910 el francés Julien Mamet vuela en un Blériot XI sobre la ciudad de Barcelona y, dos meses más tarde, repetirá esta hazaña en Madrid ante la reina Victoria Eugenia de Battemberg.
El mismo día, su compatriota Eduard Stoeckel intentará volar desde el antiguo Hipódromo de la Castellana, situado donde hoy están los Nuevos Ministerios, sufriendo un accidente que destrozará su avión. El mismo Alberto Santos Dumont vuela desde el campo de golf de las Cuarenta Fanegas, en Chamartín. En marzo de 1910 se organiza en Sevilla el primer festival aeronáutico celebrado en nuestro país y, meses después del vuelo de Mamet en Barcelona, se organiza otra exhibición en dicha ciudad. A partir de ese momento, cada ciudad, cada pueblo, compite con su vecino por traer a sus fiestas la novedad del momento: un intrépido aviador y su aeroplano. Son vuelos a escasa altura, de apenas unos minutos, para no salir del campo de visión de aquellos que han pagado por ver el espectáculo.
LAS PRIMERAS AVIADORAS
La mujer, que desde el siglo anterior luchaba por equipararse en derechos y oportunidades al varón, no podía permanecer ajena a esta nueva moda.
Los antecedentes debemos buscarlos en la aerostación, aparecida en España a finales del siglo XVIII. En 1797 André-Jacques Garnerin, acompañado de su sobrina Élise Garnerin, solicita al rey Carlos IV permiso para realizar vuelos sobre Madrid desde El Retiro. En 1849 el matrimonio Arban realiza vuelos de exhibición sobre Barcelona y, en noviembre de 1866, Louise Goujon hace lo mismo en Madrid.
El 27 de junio de 1889 se produce la primera ascensión documentada de una mujer española. La reina regente, María Cristina de Habsburgo-Lorena, aprovecha unas maniobras de aerostación del Ejército en la Casa de Campo para ascender a 300 metros en un globo cautivo, acompañada del coronel Lícer López de la Torre Ayllón.
La primera mujer piloto de aeroplano, Raymonde de Laroche, obtuvo su licencia (el brevet), la número 36 del Aeroclub de Francia, el 8 de marzo de 1910. Le seguiría la belga Hélène Dutrieu, quien en 1911 realizaría vuelos de exhibición en Barcelona y Madrid. Criticada por volar vistiendo pantalones y sin corsé, sería la primera mujer en volar en España. Campeona de ciclismo, piloto de motocicletas y automóviles de carreras, conductora de ambulancia y directora de un hospital de campaña durante la Primera Guerra Mundial, pionera de la aviación y primera aviadora en recibir la Legión de Honor(la mayor distinción francesa), Hélène Dutrieu se convierte en el prototipo de la nueva mujer del siglo XX.
No obstante, las primeras aviadoras españolas tardarán en llegar. Será en 1928 cuando María Bernaldo de Quirós obtenga su licencia de piloto en el aeródromo de Getafe. Un año más tarde lo conseguirá Margot Soriano Sánchez y, en 1930, hará lo mismo Pilar San Miguel y Martínez-Campos.
LA CARRERA PARÍS-MADRID
En 1911 el periódico Le Petit Parisien organiza una carrera entre París y Madrid, dividida en tres etapas: la primera, desde Issy-les-Moulineaux, cerca de la capital francesa, hasta Angulema; la segunda, desde Angulema hasta San Sebastián, y, la última, entre San Sebastián y Getafe.
Solo alcanzan Angulema los pilotos Eugène Gilbert, Roland Garros y Jules Védrines. Los tres conseguirán llegar a San Sebastián, con Védrines en primera posición. Garros, escaso de combustible, acabará realizando un aterrizaje de emergencia.
La última etapa es la más difícil, pues se tiene que superar el temido puerto de Somosierra. El 25 de mayo, los aviadores despegan de San Sebastián. Garros sufre un accidente cerca de Andoain, mientras que Gilbert abandona la competición por problemas mecánicos. Únicamente Védrines continuará la carrera. Tras verse obligado a aterrizar en Quintanapalla (Burgos), por dificultades técnicas, continúa el vuelo con un día de retraso.
Rebasado el temido puerto de Somosierra, finalmente consigue llegar a Getafe, donde es aclamado por la multitud que le espera desde el día anterior. Entre el público asistente se encuentran presidiendo la escena el rey Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia y la infanta Isabel de Borbón, tía del monarca.
La Carrera París-Madrid supone el primer enlace aéreo entre dos capitales europeas. Apenas ocho años después del primer vuelo, la aviación encuentra su destino: unir, comunicar. Tardará en ser una realidad accesible a todos, pero esta vocación pacífica no cambiará.
Se convertirá en una de las señas de identidad del siglo XX y de la modernidad.
EL BLERIOT XI
Rudimentario y simple, el Blériot XI era considerado el aeroplano más moderno de su época, prefigurando la configuración de los aviones modernos. Diseñado y construido por Louis Blériot para la travesía del Canal de la Mancha, fue el primer aeroplano que voló en Barcelona y Madrid a los mandos de Julien Mamet y el elegido por muchos de los primeros aviadores para sus proezas.
MARÍA BERNALDO DE QUIRÓS, PRIMERA AVIADORA ESPAÑOLA
María Bernaldo de Quirós (Madrid, 1898-1983) era hija de los marqueses de los Altares, una de las familias más importantes de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Viuda de su primer marido, y testigo de los primeros vuelos en Salamanca, después de separarse de su segundo marido, se instala en Madrid para conseguir su sueño de convertirse en piloto. Y tras las clases recibidas en el Real Aero Club de Getafe, en octubre de 1928 obtiene la licencia de vuelo y el brevet que le permitía volar el 24 de noviembre. Se convertía así en la primera piloto española, un hecho que la prensa se encargaría de difundir por todo el país, que entonces vivía una auténtica fiebre aérea tras los éxitos de los pilotos españoles del hidroavión Plus Ultra, que logró cruzar el Atlántico Sur y volar por primera vez de España a América, o de los tres aviones Breguet XIX de la Escuadrilla Elcano que volaron a Manila desde el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos.
María Bernaldo de Quirós se convirtió en un ejemplo para las mujeres de la época, hasta el punto de que entre 1928 y 1930 cerca de doscientas vivieron su primera experiencia aérea a bordo de la avioneta de Havilland de María Bernaldo, que como mujer no podía volar ningún aparato del Real Aero Club.
DECLARACIONES COMO “QUE SE VAYA ACOSTUMBRANDO LA OPINIÓN PÚBLICA, VERÁN QUE LAS MUJERES SERVIMOS PARA ALGO MÁS QUE BORDAR” CIMENTARON SU FAMA DE MUJER MODERNA EN LA PRENSA DE LA ÉPOCA.
Su relación con Díaz de Lecea la llevó a divorciarse en secreto de su segundo marido en cuanto entró en vigor la Ley del Divorcio de la Segunda República, siendo una de las primeras mujeres en acogerse a ella.
CARTAS DE NAVEGACIÓN DE LA CARRERA PARÍS-MADRID DE 1911
Plegada en acordeón, para permitir su consulta en vuelo, la carta de navegación que se expone muestra la ruta a seguir por los participantes de la Carrera París-Madrid de 1911. Estos debían volar siguiendo la carretera de Francia desde la frontera de Hendaya hasta Madrid, situándose en ruta mediante la representación en perspectiva de los pueblos que tenían que sobrevolar. Tales indicaciones habían de permitir que el piloto supiera en cada momento por dónde estaba volando.
Esta solución, desarrollada en su parte española por el Real Automóvil Club de España, constituye el primer ejemplo de carta de navegación de vuelo en nuestro país y posiblemente del mundo. La prueba, el primer enlace aéreo entre dos capitales europeas, supone para la aviación la consecución de una finalidad, la comunicación y el inicio de la aviación comercial.
No se la pierdan, todavía están a tiempo y merece la pena, en el Centro Cultural Conde Duque, hasta el 4 de Marzo, “LA CONQUISTA DEL AIRE”.
BIBLIOGRAFIA
Dossier de prensa “La Conquista del Aire” FUNDACION ENAIRE, Del 13 de diciembre de 2017 al 4 de marzo de 2018 Centro Conde Duque Madrid.
Santiago Durán García
Arquitecto Técnico (UPM)
MDI Máster En Dirección Inmobiliaria (UPM)
EEM Gestor Energético Europeo (UPM European Energy Manager)
M. 618.519.717
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