Éste es el último fin de semana que se puede disfrutar de las visitas guiadas del Programa Abierto por Obras. ( http://www.abiertoporobrasmadrid.es/).
Uno de los edificios a visitar, El castillo palacio de Buitrago del Lozoya, ha sufrido una intervención profunda a cargo del Ministerio de Cultura, con Proyecto del Arquitecto Pedro Ponce de León y Dirección del mismo Arquitecto y el Aparejador José Alberto Alonso, con colaboración del técnico que firma este artículo y realizada por la empresa GEOCISA.
En Restauración suele decirse que las mejores intervenciones son aquellas en las que parece que no se ha hecho nada, pero donde hay mucho y buen trabajo por detrás y quedan abiertas nuevas vías para futuros usos e intervenciones, apoyándote en el trabajo ya realizado.
Esta intervención puede calificarse de modélica en ese sentido, un Castillo que es el mejor ejemplo de fortaleza y recinto de población de Madrid, en el que se ha respetado que las partes restauradas se pueden distinguir de la construcción original (como en la torre 7 , junto a la coracha del río, nueva en su totalidad, sin hiladas o verdugadas de ladrillo y de una altura inferior al resto)
El Castillo, también llamado de la Beltraneja, se considera una espléndida muestra de la arquitectura militar medieval. Tiene una clara influencia constructiva islámica y es coetáneo del castillo viejo de Manzanares el Real. Ambos pertenecieron a Diego Hurtado de Mendoza, quien los usó para la protección de un vasto territorio.
Los materiales y técnicas empleados son de similar naturaleza y compatibles con los empleados antiguamente en la construcción de la fortaleza, pero diferenciables mediante un análisis detenido por parte del visitante. La única excepción a esta regla ha sido el hormigón, necesario en los forjados interiores y en el recalce de la cimentación (a base de micro pilotes) llevado a cabo en la torre 7. Como curiosidad diremos que la empresa que ha realizado el tapial en la cara interior de los muros con mezcla de arcilla sacada de las gradas y cal, ha sido la misma que ha intervenido en la Alhambra de Granada.
Las fábricas visibles más antiguas, con una notable influencia islámica, son mixtas: a base de fábrica de ladrillo (en ángulos, aristas y machones interiores) y de mampostería encintada por verdugadas de ladrillo. Llevan morteros de cal y trabadillo (cal y yeso) como conglomerantes. El interior de los muros parece ejecutado mediante mampostería granítica menuda en tongadas sucesivas, sentada también con morteros de cal. Además, en las caras interiores norte y oeste se aprecian restos e improntas de cajones de tapial, compuestos por áridos, arena y cal, enjarjados en machones de ladrillo interiores.
La empresa Reno Arqueología de Villavieja del Lozoya ha marcado las hiladas de ladrillo separando los cajones de tapial que ahora pueden apreciarse al interior, antiguamente recubiertos de yesos decorados y azulejos, encontrados en la excavación de la obra, Alguno de ellos pueden observarse en los márgenes de alguna de las 7 chimeneas que en su día tuvo este rico Castillo-Palacio, y aprovechando las cuales se abrieron las ventanas cuando el castillo perdió su función meramente defensiva.
Esta excavación arqueológica ha descubierto tres cuerpos de la guerra de la independencia con los franceses, enterrados bajo la grada hacia el río, que los arqueólogos identifican por los botones metálicos recibidos de Inglaterra en los que no se marcaban los sellos de los regimientos, al no saber a cual en concreto iban a ser destinados.
Otro de los hallazgos ha sido el nevero parcialmente escavado hacia el río, en la esquina de la coracha, que se usaba para acumular nieve en invierno, y posteriormente usarla o venderla en los meses más calurosos, del que se ha descubierto también un desagüe del agua derretida directamente hacia el río.
Dentro de la obra principal de reparación de muros y sostenimiento del forro superior de la muralla, con vuelos de más de un metro, se ha marcado la altura original de la muralla, con las escaleras que bajan desde los huecos hasta el adarve, y se ha protegido la cubierta de las torres y del propio adarve con una impermeabilización protegida con un adoquín de piedra, como se puede observar desde las fotos. En las torres parte de las gárgolas de zinc no tienen salida para que el chorro de agua no dañe la propia muralla
El monumento no se ha preparado para su visita por el público general en torres y muralla, pero queda abierto el acceso para operaciones de conservación, mantenimiento y visitas restringidas por el peligro de caída para no profesionales.
Para un ojo entrenado se puede distinguir las zonas recrecidas para asegurar la estabilidad de los muros y torres, mediante franjas de plomo que marcan la zona existente y la recuperada.
El proyecto opta por una intervención mínima, intentado no alterar o desfigurar la percepción del monumento en su realidad actual, Las obras se desarrollaron de modo que fueran fácilmente reversibles sin dañar los volúmenes y elementos adyacentes. Al mismo tiempo, se respetaban y ponían en valor las diferentes etapas del devenir histórico, a base de señalar adecuadamente (con bandas de plomo, remetidos y otras técnicas) la impronta de las diferentes actuaciones conocidas. Por ello se han respetado en interior los huecos de las cabezas de las vigas de madera de las diferentes plantas del castillo y en exterior los costurones de las cubiertas de las edificaciones, que en su momento cubrieron parte del castillo.
Otras zonas se han protegido para su posterior estudio, como el pavimento del primitivo patio de armas: un enmorrillado de canto rodado con encintado de ladrillo formando cuadrados (situado bajo el coso de toros actual) a unos 20 cm, o la “capilla” que resultó ser un polvorín excavado en la base de la torre 1 en el tapial original.
En castillo tuvo originalmente un antemuro y foso, y se construyo sobre la muralla existente de la Villa, unión que se puede observar en los arcos de la torre junto a la antigua entrada a la plaza de toros, posee una torre en cada esquina de la planta cuadrada y al parecer nunca ha existido torre en mitad del paño hacia el río.
La torre más importante es la torre pentagonal que apunta hacia el antiguo ayuntamiento, y la puerta en recodo para facilitar la defensa similar a la existente en la entrada principal de la villa.
Las edificaciones entre el Castillo y la iglesia existen al menos desde la fecha de 1723, y eran edificaciones destinadas a una de las labores más importantes del castillo-Palacio, a aparte de la de Residencia y Control, y eran las laboras relacionadas con el ganado Ovino, en ellos se han encontrado inscripciones de los usos y sellos de las principales ganaderías cercanas, entre ellas la del Paular.
Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, y, posteriormente, el segundo duque del infantado, impulsaron la construcción de estancias palaciegas en el interior, dos plantas de arcos y galerías que tuvo originalmente el Palacio, y especialmente un corredor con arcos renacentistas hacia la zona del río, en la grada ahora rebajada, que goza de espléndidas vistas. De dichos arcos se han encontrado piezas con las que tal vez en el futuro se puedan recuperar. Al fin y al cabo las piezas del puzle se encuentran allí mismo, como las bases de piedra y columnas que se pueden observar en el muro de piedra del antiguo coso taurino, como se ha hecho en el Palacio de Cogolludo, y que podrían mejorar y ampliar el uso del castillo a todo el año
¿COMO QUEDARIA REHABILITADO?:
Foto del palacio de Cogolludo en el que se ha recuperado una planta de arcos y dos arcos de la segunda planta, con piezas halladas en la excavación arqueológica.
Santiago Durán García
Arquitecto Técnico (UPM)
MDI – Master en Dirección Inmobiliaria (UPM)
EEM – Gestor Energético Europeo (UPM – European Energy Manager)
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