(En colaboración con Jorge Jiménez Esteban, Asociación Española de Amigos de los Castillos –www.aeac.es)
CONFIGURACION ARQUITECTÓNICA
Sobre la fecha de su edificación hay diversas opiniones. La primera supone que el torreón principal o cubo simado al norte, fue en principio fortificación del siglo XI para defender estas tierras del ataque de los árabes. Avala esta idea su construcción más tosca que el resto del edificio y se supone que esta potente fortificación pudo ser la Torre del Homenaje de un Castillo anterior.
La edificación se eleva sobre un fuerte macizo granítico y está doblada por unos elementos de fortificación, por lo que no aparece como un Castillo hermético preparado exclusivamente para la defensa, sino que, sin prescindir de ella, constituye, además, una noble mansión de bella traza.
El Castillo posee dos frentes fortificados, con grandes y robustos torreones dispuestos en su época para instalar varios tipos de piezas de artillería, completando estos reductos fortificados con el gran TORREÓN que se levanta en el frente norte. Más bien se trata de un fuerte circular precursor de las obras de Montalembert, que en aquellos tiempos ya se empezaba a usar en las fortalezas de transición de Italia, Francia e Inglaterra.
Este grueso Torreón poseía en su época primitiva tres órdenes de casamatas o bóvedas resistentes para proteger piezas de artillería, ayudadas igualmente por las de su alta plataforma, con perfecta comunicación y coordinación internas, mediante rampas.
El Torreón al que nos venimos refiriendo “es excepcional en la Historia de la Fortificación Española, solamente superado por el valioso Cubete de los fosos del Alcázar Alto de Carmona, atribuido a Francisco Ramírez de Madrid”.
El Torreón de la derecha está separado por un arco rebajado estilo gótico mudéjar, de carácter segoviano, en cuya parte superior se abre un elegante balconcillo con doble arco conopial separados por una columna central.
La fachada principal, magníficamente conservada, posee cuatro balcones volados, dos ventanas con rejas estilo renacimiento y puerta de ingreso de medio punto, sobre la que aparece un frontón triangular.
El zaguán es amplio y austero. Tiene dos puertas de arco conopial y una ventana con reja renacentista.
Por anchas escaleras de piedra se penetra en el Patio interior, llamado de Honor. El conjunto del Patio de Honor goza de perfecta armonía y responde al más puro estilo del Renacimiento, y uno no se lo espera viendo el austero exterior. Está compuesto por dos órdenes de bellas galerías: la inferior, de 24 arcadas, formada por arcos escarzados sobre columnas de fuste liso y capitel jónico, con el escudo de los Dávila.
En la galería superior hay otras tantas columnas arquitrabadas, de estilo dórico. Todo el corrido arquitrabe aparece decorado con sencillos motivos geométricos tallados en la piedra.
Se cuenta de Don Pedro Dávila, que no sólo ordenó grabar inscripciones en las puertas de entrada y lugares principales, sino que:
“de Mérida mandó traer a este Castillo varias lápidas romanas de mármol, que fueron colocadas en diversos lugares del Palacio: en la cabecera del gran portal, en las galerías bajas, en el salón principal, en la escalera de Honor”.
En el zaguán, frente a la puerta de entrada, sobre las jambas de la puerta, aparecen a conocidas palabras del Sabio Salomón: SUB SOLEM NIHIL NOVUM, Nada hay nuevo bajo el sol.
Sobre las puertas de las dependencias que dan a la galería de la planta principal figuran sendas inscripciones:
Fácilmente desprecia todas las cosas aquel que piensa que ha de morir.
Despreciando los consuelos de los ancianos fácilmente se derrumban casas y reinos.
Mi casa será de oración.
Y otras indescifrables que quedaron esculpidas por iniciativa del fundador del Castillo, Don Pedro Dávila, y que expresan su trascendente filosofía de la vida.
MAGALIA QUONDAM
En el Torreón de la derecha, y bajo el balcón que mira a saliente, se ve un pulido sillar en el que, en perfectos, claros y grandes caracteres romanos, grabados con puntero, existía y se conserva la siguiente leyenda: MAGALIA QUONDAM.
Según Pérez Mínguez, dicha inscripción, traducida libremente, puede ser: “En otro tiempo Casa Rústica”, con lo que, tal vez, se aludiera a alguna vivienda o choza humilde que ocupó el lugar en que se levantara el Castillo.
Don Juan Grande Martín en su libro “Castillos en la tierra de Ávila”, lo traduce como: “Lugar de pastos en otro tiempo”.
Por otra parte, la tradición y la leyenda, recogida también por el mencionado Don Juan Grande, dice que MAGALIA alude al nombre de una mujer muy bella, hija de un señor feudal, que en tiempos remotos habitó estas tierras y que mantenía relaciones amorosas con un Centauro, con el que huyó contrariando la voluntad de su padre.
Su nostalgia y su dolor quedaron grabados en la piedra, una inscripción que también puede significar “MAGALIA ¿Dónde estás?”
BIBLIOGRAFÍA
EL CASTILLO-PALACIO «MAGALIA» DE LAS NAVAS DEL MARQUES Por Andrés López
F. Pérez Mínguez: “Un Castillo y varios castellanos”. Luis Ariz: “Grandezas de la Ciudad de Ávila”.
Castilla y León. Castillos y Fortalezas. Fernando Cobos Guerra y José Javier de Castro. Edilesa 1988.
Juan Grande Martín: “Castillos en la Tierra de Ávila”.
Asociación de Amigos de los Castillos: “El Castillo de Las Navas”.
Espinosa de los Monteros: “Castillos Medievales de Castilla”.
FOTOGRAFÍAS HISTÓRICAS del castillo y de la plaza de toros del municipio situada frente al mismo, realizada en piedra, con una perspectiva desde la misma.
Santiago Durán García
Arquitecto Técnico (UPM)
MDI Máster En Dirección Inmobiliaria (UPM)
EEM Gestor Energético Europeo (UPM European Energy Manager)
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